
SIEMPRE HAY DIAS GRISES 04/08/2016…
5:20am
Papito: Mamita ya es hora de levantarse...reloj sonando a lo lejos
Yo: Ummm -abro los ojos-…si papito ahi voy…
Todo me daba vueltas, me levanté callada y no me queje, pensé ya pronto pasará…preparé el desayuno y almuerzo de papito…y como todos los días al despedirnos en la mañana le reviso que vaya completo y ambos nos damos la bendición del día…
Me sirvo un café y un sanguchito…pienso: “tengo tiempo de leer las noticias un poco antes de ir al baño…ohh Dios que dolor de cabeza, siento que el corazón me late en ella y estoy muy acelerada…creo que este es mi día gris”… claro que hay días grises y a veces muy frecuentes…
Hay días que al correr las cortinas vemos ese sol brillante y la vida sigue como siempre sin nada de urgencia, todo está bien alrededor, parece que nada falta…y sin embargo nos sentimos mal, como incompletos, totalmente extraños.
Ese día en que abres los ojos y no sabes por qué, traes un desánimo que te nació en el sueño, que te brotó en lo alto de la noche y se filtró a tu alma gracias a quién sabe que pensamientos oscuros y angustiosos.
Ese día en que te cuesta trabajo levantarte. Y mi mente dice ¡ pero que pasa ayer estaba todo bien! Ese día en que presientes que nada va a ir como tú lo deseaste, ese día que no tiene color, cuyas primeras horas del inicio ya empezaron mal.
Ahora al levantarme supe que si lo permitía mi día sería gris… Gris opaco. Gris depresivo. Gris pasivo. Gris marginal.
Hice mi glicemia y bingo!!!! Estaba en 274, el demonio de la pereza y la derrota se acercó a mi oído y me dijo: “vuelve a la cama, estas mal…te vas a desplomar en la calle, no salgas”
Si efectivamente, es mi día gris, azúcar alta, sin medicamentos…me fui a mis ejercicios y el día gris con más potencia continuaba recibimos una mala noticia de la salud de una compañera a todas nos entristeció…y yo seguí haciéndome la fuerte…
Hice todas las rutinas… con mucha fuerza de voluntad
Pero... yo tenía la solución y era inmediata tomé la decisión de activar mis propios pinceles – tal y como lo hago cuando pinto mis artesanías- y aprovechar ese gris neutro para inundarlo con diferentes formas: ¡Flechas verdes, curvas doradas, zig-zags blancos, puntos azules!
Pude convertir en unos cuantos segundos o minutos ese panorama triste en un deseo realizable, un canto que me estimuló, desde lo más profundo el silencio me habló.
Pero es que no hay días grises... ¡todos son iguales! quien les da color somos nosotros mismos, a mi misma me decía yo misma tengo el poder de cambiar este día…
Y es que puedo ser capaz de mirar la lluvia, escuchar rayos, admirar la tormenta y alegrarme por eso, puedo ser capaz de ver un día soleado, con un cielo limpio, la fresca brisa y el aroma de las flores y echarme a llorar desconsoladamente…¿qué quiero decir con esto? Que somos nosotros mismos los que elegimos el color del cual queremos ver nuestro día y cada día y todos los días, el color lo ponemos nosotros.
Si sientes que comienza todo gris...
¡Decídete y llénalo de color!
Cierra los ojos. Respira hondo, piensa claro...
¡Y vive como nunca el día de hoy!
¡Los mejores colores de la vida están siempre dentro de uno mismo!
Abrir los ojos a otro día, es un regalo que no siempre vas a tener.
Por eso desde ahora en adelante tomé la decisión de hacer y de pintar mis días… en mis manos, mente y corazón tengo la paleta de diversos colores.